Archivos - Página 9

  • Maquiladoras, Productividad y sindicatos, Clase obrera, Abasto urbano
    Vol. 1 Núm. 41 (1991)

    La gira del presidente Salinas de Gortari a Estados Unidos y Canadá, reafirmaron la
    importancia del Acuerdo de Libre Comercio con América del Norte, y los acuerdos que
    están por firmarse con Chile, presagian cambios significativos en el mercado
    internacional ligado a México. Sin embargo, revertir la situación es difícil en un período
    de recesión mundial, como difícil es para México cambiar las trabas tradicionales del
    sistema político, así como no lesionar aún más, los ingresos de la población. La paz social
    parece estar determinada por exóticos mecanismos propios del sistema de dominación
    mexicano; las elecciones y las movilizaciones de los trabajadores debieran damos la clave
    de este secreto. Estos son algunos de los temas que trata este análisis de coyuntura.

  • Tratado de libre comercio
    Vol. 1 Núm. 40 (1991)

    Si en las últimas décadas el campo mexicano entró en un fuerte proceso de
    descapitalización y declinación en los niveles de producción per cápita, Estados Unidos
    (junto con los países industrializados de Europa) tomó un camino totalmente distinto, al
    aplicar políticas francamente proteccionistas e invertir grandes cantidades de dinero en la
    producción agrícola para reforzar su seguridad alimentaria.

  • Partidos políticos
    Vol. 1 Núm. 39 (1991)

    Si el PRI tiene cuando menos un motivo para estar contento, el PRD, por el contrario,
    sólo tiene razones para estar preocupado. Hasta el momento, salvo Guerrero y
    Michoacán, ningún otro estado ha podido dar el salto cualitativo que este partido requiere
    de sus militantes: pasar de cardenistas a perredistas. En otras palabras se pospuso para
    mejor ocasión la formación de la llamada "Cuenca Cardenista" y la fuerza perredista -la
    que importa, la que puede disputar el poder realmente- se limita, por el momento, a los
    dos estados mencionados.

  • Productividad y salarios
    Vol. 1 Núm. 38 (1990)

    El Pacto para el Crecimiento y la Estabilidad Económica (PECE) no sólo ha servido para
    controlar el aumento de los precios -aunque no erradique la inflación, el PECE ha
    servido también para perfilar una nueva institucionalidad laboral alrededor de la
    determinación salarial y las reglas sobre productividad, fuera del marco jurídico del
    artículo 123 constitucional y fuera de la Ley Federal del Trabajo (LFT) que lo
    reglamenta.

  • Trabajadores y sucesión
    Vol. 1 Núm. 20 (1987)

    No sé por qué, tengo la impresión de que para mucha gente esta Navidad será diferente a las anteriores. Se deberá seguramente a que ya fue nombrado el candidato. No hay duda que muchos mexicanos y sobre todo los que representan a los tres sectores, esta situación les cambia su película en diversos sentidos. Pero a los que más les cambió indiscutiblemente es a los salinistas de hueso colorado, que después de tantos meses de angustia, la ven por fin, en tecnicolor, con sonido de primera y encima de todo, pre-cio-sí-si-ma. Pero otros, sin embargo (muchos que también se encuentran dentro de estos tres
    sectores), la miran desde el destape, en blanco y negro, con un pésimo sonido y, para colmo, happy end.

  • La izquierda mexicana
    Vol. 1 Núm. 37 (1990)

    Todo partido político, se distingue por las ideologías, trayectorias y compromisos
    políticos de sus militantes, por las propuestas que hace a la gente, al país, al mundo, y
    también por las características de su organización interna. Se le identifica por la forma
    como se define y ubica respecto a las corrientes de pensamiento y las luchas históricas
    mundiales, nacionales y a veces incluso regionales; por los planteamientos concretos
    respecto al régimen político y las formas de ejercicio del poder, las reformas legales y las
    nuevas leyes, las estructuras económicas, los ritmos de los cambios, las reivindicaciones
    populares y el modelo de sociedad por edificar, las relaciones con otros pueblos y con
    otras naciones.

  • Reprivatización Bancaria
    Vol. 1 Núm. 36 (1990)

    Dentro de dos o tres años, cuando se haya concluido totalmente la reprivatización y la
    nueva banca se vuelva costumbre, ¿cómo serán las cosas?, ¿serán las mismas dinastías las
    que estén al frente de los bancos?, ¿tendremos realmente una banca de primer mundo? o
    bien, ¿nuestra banca será una versión corregida y aumentada de las islas Caymán o
    Nassau?
    Aunque necesitaríamos una bola de cristal para responder a las interrogantes
    mencionadas, es posible ver el horizonte pues en algunas tendencias parece no haber
    marcha atrás.
    La privatización garantizará una forma "democrática" y un control real de un grupo
    empresarial poderoso en cada institución bancaria. Se utilizará la ingeniería financiera
    para guardar las apariencias y establecer un grupo que controle cada banco.

  • Iglesia-Estado
    Vol. 1 Núm. 35 (1990)

    Juan Pablo II es difícil de clasificar como para anexarle un sólo adjetivo. Es un Papa de
    facetas contradictorias. Utiliza, por ejemplo, las técnicas más modernas de comunicación
    para reafirmar las posiciones tradicionales y hasta rigoristas sobre el plan ético. Un Papa
    defensor de los Derechos Humanos que no oculta su rechazo categórico a las
    reivindicaciones feministas. Un Papa intelectual en sus encíclicas de lenguaje casi
    inaccesible para las grandes mayorías, se presenta ante las masas del Tercer Mundo como
    un líder populista.

  • El campo mexicano
    Vol. 1 Núm. 34 (1990)

    En un diagnóstico realizado por el Banco Mundial y en el documento presentado al
    gobierno mexicano titulado Agriculture sector report, se establecen claramente los
    lineamientos que dicha institución considera deben impulsarse en el medio rural para que
    México se haga acreedor de financiamientos extraordinarios hasta por 500 millones de
    dólares anuales a fin de apoyar la deprimida inversión estatal en la agricultura. En dicho
    documento no hay tintas medias pues se recomienda claramente al "...gobierno de Salinas
    de Gortari liberalizar la agricultura y que ésta elabore productos de valor comercial en
    vez de cultivos alimentarios..." Y todavía mas: establece que "... si la agricultura ha de
    contribuir a elevar la tasa de crecimiento de la economía mexicana es esencial que... se
    disminuyan aún más y de manera gradual pero drástica los subsidios dirigidos a los
    fertilizantes, los combustibles, el crédito, el agua, las semillas y el seguro agrícola que a
    lo largo de los años han estimulado el uso dispendioso de tales recursos al igual que el
    cultivo de cosechas de bajo valor, en vez de la agricultura de alto valor comercial".

  • Desarrollo regional
    Vol. 1 Núm. 33 (1990)

    La novedad económica más grande de los últimos diez años en el estado de
    Aguascalientes es su "brutal" impulso industrial (...) un poco más del 40 por ciento de la
    fuerza laboral y casi la quinta parte del producto local corresponden hoy, precisamente, a
    la industria. Pero se trata no sólo de la industria tradicional -ferrocarrilera, textil, del
    bordado, del vestido y de la confección, que de suyo también se ha restructurado y
    reorganizado- sino de una industria nueva y novedosa que además de los beneficios que
    ha acarreado, ofrece ante nosotros algunos problemas en torno a los cuales podremos ir
    reflexionando.

  • El proceso reprivatizador
    Vol. 1 Núm. 32 (1989)

    El Cotidiano que tiene usted entre sus manos es el último de la década de los 80, la
    década perdida de los 80. Roberto Gutiérrez ha documentado este fenómeno con notable
    precisión y oportunidad. El balance en cifras y el análisis que aquí publicamos constituye
    sin duda una pequeña y valiosa obra de consulta. Queda en la memoria de las cifras como -fotografía- el impacto de la crisis, pero también como proceso mediante el cual se
    esculpió un nuevo perfil al país: más abierto al exterior (¿menos soberano?); menos
    petrolizado (¿más diversificado?); con menos Estado en la economía (¿con mayor
    rectoría?); con deuda externa renegociada (¿menos endeudado?); más pobre para muchos,
    más ricos para menos, ¿hasta cuándo?. Le sugerimos conservar esta fotografía y
    compararla con aquella que inaugurará el próximo milenio. ¿Qué diferencias, qué
    semejanzas imagina? ¿Cuál es su proyecto de país para entonces?

  • Industria y concertación
    Vol. 1 Núm. 31 (1989)

    Corea acumuló un crecimiento del 175 por ciento de 1982 a 1988; España de 97 por
    ciento. Las exportaciones no petroleras mexicanas de 193 por ciento; y las manufacturas
    no petroleras de 272 por ciento. Se trata, efectivamente, de un éxito. Pero su definitividad
    y consistencia no son tan evidentes. ¿Se ha fundado en una reestructuración tecnológica,
    productiva, de la fuerza de trabajo y organizativa de la industria mexicana? ¿Cuáles son
    los goznes articuladores de este tremendo dinamismo? ¿Qué consistencia tendrá en el
    futuro próximo?

  • ¿Dónde está el futuro?
    Vol. 1 Núm. 30 (1989)

    La actual discusión sobre la desaparición del salario mínimo cobra relevancia.
    Considerando los resultados es claro que el salario mínimo está muy lejos de garantizar la
    reproducción de una familia dentro de los mínimos de bienestar, sin embargo, ¿qué puede
    pasar actualmente si se deja que sean las fuerzas libres del mercado las que determinen el
    nivel del salario? En un primer escenario considerando las elevadas tasas de desempleo
    que actualmente existen es muy probable que éste se fije a un nivel menor con lo que las
    condiciones de vida de las familias serían peores. Esta situación a su vez permitiría una
    mayor rentabilidad de las empresas y tal vez mayor inversión. En otro escenario
    considerando que el desempleo no afecta de manera importante la determinación del
    salario, el aumento de la productividad determinaría que los salarios aumenten en el
    mediano plazo.

  • Empresarios y deuda
    Vol. 1 Núm. 29 (1989)

    Los primeros meses de la administración de Carlos Salinas de Gortari fueron signados
    por dos aspectos: una política económica supeditada enteramente a los resultados de la
    renegociación de la deuda externa y el intento de reestablecer las reglas del juego en la
    alianzas internas con el sector empresarial. En pocas palabras, ese período puede
    caracterizarse como el intento de reorganización del pacto hegemónico en el país, en el
    que toma carta de naturalidad la concertación corporativa y donde el esfuerzo central del
    gobierno se dirige a lograr "concertar" con el capital externo, particularmente, los bancos
    extranjeros.

  • Corporativismo y modernidad
    Vol. 1 Núm. 28 (1989)

    Las relaciones corporativas patrimoniales dentro del trabajo, aparecen hoy en día como
    obstáculos al aumento de la productividad y causa de ineficiencia económica. De allí que
    los planes de reconversión de paraestatales entren en contradicción con uno de los pilares
    del control charro sindical y político de los trabajadores en esas empresas. El caso
    reciente de ataque al quinisimo en petróleos está dentro del contexto señalado.

  • Nuevas tendencias políticas
    Vol. 1 Núm. 27 (1989)

    La detención de los dirigentes del sindicato petrolero nos sorprendió con este número de
    El Cotidiano ya elaborado. No obstante, la temática que define los artículos aquí
    publicados no pierde vigencia para el análisis de las principales tendencias de la sociedad
    mexicana que se empezó a gestar el seis de julio pasado: el análisis de la recomposición
    del sistema de partidos y los límites objetivos que la situación económica impone al
    futuro de la transición democrática, se encuentran aquí presentes.
    Los hechos del 10 de enero se inscriben en este contexto. Buena parte de la
    recomposición del PRI y en consecuencia del régimen de partido de Estado pasa por la
    redefinición que este logre con el sindicalismo oficial y por la posibilidad de reestructurar
    a fondo las empresas paraestatales estratégicas como Pemex.
    Que las medidas tomadas contra La Quina y su grupo sean el punto de partida de una
    mayor eficiencia en la empresa y de una mayor democracia en el sindicato, depende
    sobre todo de la capacidad de las fuerzas democráticas para rescatar empresa y sindicato
    a un proyecto de nación que no pierda de vista los intereses de los trabajadores. Depende
    pues de los trabajadores mismos. De otra manera bien podríamos estar entrando al simple
    recambio de la hegemonía de ciertos intereses privados por otros, con los mismos
    agujeros por donde la corrupción mina la eficiencia y con la misma supeditación de los
    trabajadores a otra camarilla de dirigentes.
    La caída del grupo de La Quina abre pues un nuevo período en estas relaciones que
    habrán de ser tema obligado de próximos números de El Cotidiano. En la empresa de
    analizar objetivamente esta realidad cambiante, reiteramos la invitación a los distintos
    estudiosos que estén dispuestos a colaborar con nosotros. Con un solo requisito: poner el
    hecho frente al juicio y no al revés.

  • Modernización Política
    Vol. 1 Núm. 26 (1988)

    Para lograr una cultura participativa, que permeará fuertemente en amplios sectores
    sociales y se constituyera en una plataforma profunda, desde la cual podría lanzarse una
    acción política plural racional, pacífica y legalizada, nos hace falta recorrer un largo
    camino. Sin embargo, el proceso electoral 1987-88 representa un fuerte impulso
    democratizador que hoy nadie niega.

  • Proceso electoral
    Vol. 1 Núm. 25 (1988)

    Del pasado seis de julio salió un país ideológica y políticamente dividido. Si antes su
    policromía podía ser atrapada en los límites que le definía el PRI, hoy ésta se desborda
    para dar lugar a una nueva corriente nacionalista de izquierda aglutinada en torno del
    Frente Democrático Nacional y consolidar una corriente conservadora neoliberal: el
    PAN. De la capacidad que tenga la sociedad para que los saldos del seis de julio
    cristalicen en un efectivo tripartidismo, depende fundamentalmente su tránsito al próximo
    milenio como país moderno, democrático y con la paz social que lo caracterizó los
    últimos cincuenta años.

  • La derecha en la sucesión
    Vol. 1 Núm. 24 (1988)

    Hay un fantasma por todos nombrado, conocido, pero por pocos reconocido: la derecha.
    El Cotidiano intenta aportar a este reconocimiento centrando su interés en algunos
    aspectos de los orígenes históricos de la derecha, sus principales partidos, las diversas
    organizaciones de la sociedad civil proclives a ese proyecto, los recursos que dispone, la
    reproducción cultural de sus cuadros y su vinculación con algunas expresiones de la
    Iglesia.
    En este número subyace la idea que la derecha no es más que el vasto campo de acción e
    ideología de la burguesía criolla. En este espacio donde la burguesía por los más diversos
    medios, justifica y valida sus intereses y prerrogativas y, al mismo tiempo, manifiesta su
    poder de arrastre y hegemonía ante diversos sectores: algunos ingenuos y legítimos, otros
    particularistas y racistas que, aunque no teniendo necesariamente intereses económicos
    relevantes que defender, prefieren identificarse, con el poder del dinero.
    La derecha, en 1988 se expresa en los estrechos vínculos entre los círculos empresariales,
    la jerarquía católica, las organizaciones intermedias como DHIAC, y el partido que hoy
    está siendo la cabeza de este amplio espectro ideológico, el PAN. Estas relaciones se
    dieron siempre, sin embargo hoy, por primera vez, aparecen más orgánicas, más
    homogéneas, gracias al proceso de modernización iniciado en la década de los setentas, y
    a la necesidad de cambiar o reformar el pacto político surgido desde la revolución.
    La actual derecha difiere sustancialmente de los círculos monárquico-coloniales; de los
    grupos ligados a la Santa Alianza; de los ingenuos positivistas; de los fanáticos
    sinarquistas y de los iracundos almazanistas. Ahora, no pudiendo negar su pasado, la
    reacción se transforma, no por la fuerza de las ideas, que siempre los alejaron, sino por
    circunstancias más pedestres que tienen que ver con el cambio de las relaciones de
    producción a nivel mundial y a la necesidad de modificar los sistemas de dominación
    surgidos con posterioridad a la Segunda Guerra.
    A mediados de los años 70 la derecha, es decir, aquel conjunto de organizaciones
    políticas e ideológicas que se oponía al marxismo y a los postulados básicos emanados de
    la revolución, se encontraba dispersa, agotada, y sin perspectivas de lucha. El gobierno de
    Echeverría representaba, a sus ojos, la efectiva socialización del sistema político
    mexicano. Eran los tiempos en que el salario mínimo había llegado a su más alto nivel en
    la historia de México, nunca sobrepasado después. Eran los tiempos en que las
    prestaciones sociales y el desarrollo de los organismos de seguridad social, habían
    alcanzado sus índices de cobertura más elevados. Al mismo tiempo, eran momentos en
    que las organizaciones obreras, como la Tendencia Democrática entre otras, auguraban
    nuevas formas de participación de la clase obrera. En esos mismos instantes, esta derecha
    inorgánica y envejecida, se reorganiza y, junto con otras instituciones, surge el DHIAC
    como respuesta a este doble fenómeno de avance del "socialismo", e incremento de la
    desorganización de la derecha.
    Desde 1976 se da un fenómeno inversamente proporcional, los logros obtenidos por los
    sectores populares y la capacidad organizativa comienzan a medrar y decaer; por el
    contrario, la derecha, inorgánica, empieza paulatinamente a recuperar espacios de poder.
    En los albores de 1982, ésta se presenta unida bajo antiguas consignas generales y
    abstractas que permiten justificar sus privilegios: educación libre, privatización de la
    economía, crítica a la rectoría del estado, participación de la Iglesia en la vida política.
    En 1988. después que el gobierno propuso reiteradamente formas de participación
    conjunta para un nuevo reordenamiento de la reproducción capitalista y, viendo que la
    burguesía prefirió durante esos años la especulación, impuso un pacto para limitar las
    ganancias extraordinarias del capital. La derecha ante este "llamado", no se presentó en
    forma homogénea, pero al fin de cuentas tuvo que aceptarlo.
    El gran capital ha concurrido a la "invocación" por razones estratégicas, pero ha seguido
    alentando los movimientos políticos que si bien, en el corto plazo, no le ofrecen garantías
    de un gobierno alternativo, sí le sirven como organizaciones intermedias que
    contrapunteen y restrinjan el margen de maniobra gubernamental.
    La diversidad de la derecha posee un elemento "revolucionario" común -surgido de un
    pasado remoto- que la identifica: la defensa de los derechos individuales, producto de la
    lucha contra el absolutismo y la aristocracia. Ahora, sin embargo, aparece contrapuesta a
    los derechos sociales y, muchas veces, a los de la nación. La característica común no
    debe hacer olvidar la extensa y rica variedad de los elementos que la componen.
    Recogiendo expresiones vertidas en el excelente número 64 de la revista Nexos de 1983,
    la derecha forma parte, importante a pesar de los acercamientos o discrepancias posibles,
    del gran complejo proceso político mexicano. En el espacio político democrático, que se
    debe ampliar constantemente, representan una forma importante de pensamiento a
    considerar.

  • PSE: ¿Nuevo pacto social?
    Vol. 1 Núm. 23 (1988)

    A lo largo del sexenio, sobre todo después de 1985, en más de una ocasión todo pareció
    indicar que el gobierno tenía preparado, en algún cajón del gabinete económico, un "plan
    de choque", bautizado como Plan Azteca.
    La novedad de este plan o programa respecto del Programa Inmediato de Reordenación
    Económica de 1983 (PIRE) habría consistido en aplicar una "terapia de shock", expresada
    en el brusco congelamiento de las variables claves -precios, salarios, tasas de interés,
    gasto público, tipo de cambio- a fin de detener la inercia inflacionaria que amenazaba con
    la desestabilización de todo el sistema económico.
    La generación de la estanflación -estancamiento con inflación- ha obligado a algunos
    países subdesarrollados o con frágiles economías de guerra, como Argentina, Brasil,
    Perú, Bolivia, Israel, etc., a realizar ensayos de política económica que, por alejarse de los
    esquemas ortodoxos donde el gobierno no es más que el gestor de férreas leyes
    económicas neoclásicas, se les ha denominado planes heterodoxos o de choque.
    Si bien el Pacto supuso la aceptación de todos los sectores sociales, unos más obligados
    que otros, lo cierto es que desconcertó a la opinión pública. El intento de controlar la
    inflación elevando todos los precios, menos el de la fuerza de trabajo, para en una
    segunda etapa esperar que las inercias inflacionarias estuvieran agotadas, dejó a más de
    un analista sin capacidad de arriesgar juicio alguno.
    En relación con los experimentos heterodoxos de otros países, la técnica científica es
    nueva y radica al menos en dos hechos: utilizar toda la capacidad de convocatoria
    derivada de la alianza histórica con los sectores obrero, campesino y popular, y adecuar
    las medidas económicas de acuerdo con los resultados de cada etapa. Por tanto, un plan
    concertado y flexible.
    Para un efectivo control de la inflación estas características son de la mayor importancia
    ya que en épocas de crisis la economía es inmediatamente política, y la racionalidad que
    supone la fundación económica de cada "sector" de la sociedad, rápidamente evidencia la
    pugna por la redistribución del ingreso y de la riqueza social. Disminuir la beligerancia
    de esa pugna, a través de este tipo de disposiciones, para que los precios reflejen los
    valores reales de las mercancías y no los que impone el poder de una clase sobre el resto
    de la sociedad, supone, de algún modo, la prevalencia del interés general sobre el
    individual.
    El Plan Azteca nunca se aplicó. En cambio se puso en práctica el Pacto de Solidaridad
    Económica. La primera etapa de este pacto consistió en la realineación de los precios que
    provocó un disparo de la inflación de 37% durante los 75 días en que se aplicó. La
    segunda, supuso que la realineación se había logrado casi en la mayoría de los precios
    con un rezago aproximado del 3%, y consistió en congelar todas las variables monetarias
    y financieras; las tasas de interés irían disminuyendo más rápido que la inflación a
    excepción de los precios privados de los productos no considerados en la canasta de
    consumo básico.
    Para quienes piensan que la economía es una técnica y no una ciencia social, la audacia
    de que los gobiernos incidan sobre el comportamiento de los indicadores económicos
    desde la raíz de los procesos sociales y políticos, y no de sus simples manifestaciones, ha
    sido calificada desde demagógica hasta aventurera. Los resultados de estas experiencias
    han sido, hasta ahora, poco difundidas y analizadas. Atorada como está la teoría
    económica, sin querer renunciar a sus atavismos técnicos y parcializadores, no alcanza a
    proponer salidas a la crisis que a la vez sean congruentes con el fortalecimiento de los
    procesos democráticos.
    La orfandad que dejó el naufragio del Estado keynesiano sigue sin resolverse. Es evidente
    que los cambiantes procesos económicos a que obliga el tránsito hacia una nueva etapa de
    acumulación y la falta de consolidación de los nuevos sujetos sociales capaces de
    proyectar una nueva fisonomía al Estado, hacen de este período de transición una etapa
    de búsqueda de nuevas opciones a la salida de la crisis, que empiezan justamente por la
    superficie: el control de la inflación.
    EL Cotidiano ha querido contribuir con este número al análisis de este nuevo ensayo de
    política económica del gobierno mexicano: el Pacto de Solidaridad Económica. El diseño
    del número -impacto del PSE sobre los distintos sectores de la sociedad- quiere
    trascender el enfoque que define sus alcances y limitaciones mediante el recuento de
    variables e indicadores económicos. Prefiere, en cambio -partiendo de esa información-,
    avanzar un diagnóstico de la situación de cada sector en esta nueva coyuntura para
    descubrir las probables dinámicas que los mismos desarrollen. Justamente de estos
    procesos sociales por invertir, profundizar o estancar el proceso de distribución de la
    riqueza social dependerá el resultado de la nueva política económica.
    Partimos, pues, de que el objetivo de estabilizar para crecer se resuelve en el ámbito de
    las relaciones de poder entre las clases. En la cresta de la crisis. lo económico es política
    a secas.

  • Sindicato y Nación
    Vol. 1 Núm. 22 (1988)

    Vanos serían los esfuerzos por entender la realidad de la que formamos parte, sin
    investigar el papel protagónico de sus actores sociales. En el México que hoy somos y en
    el perfil de la nación que se proyecta hacia el futuro, sin duda el Sindicato Mexicano de
    Electricistas (SME) ha jugado y juega un papel fundamental.
    Con el impulso a la política unitaria de clase a través de la lucha contra la formación de
    los Batallones Rojos con su participación en la organización de aquella CTM que se
    proclamaba "Por una sociedad sin clases"; mediante la defensa de los intereses
    fundamentales de la clase trabajadora a través de la preconizadora huelga de 1916 y
    después aquella de 1936 que haría realidad el derecho de huelga plasmado en el artículo
    123 de la Constitución y en la Ley Federal del Trabajo; con su rechazo al sindicalismo
    corporativo del Estado en 1937 (el SME sale de la CTM); y con su activa participación en
    la jornada de la nacionalización de la industria eléctrica; el SME ha estado tratando de
    construir una nación soberana, democrática e independiente mediante una lucha que toma
    como punto de partida los intereses de los trabajadores.
    Su experiencia histórica se encuentra plasmada en su contrato colectivo (CCT) que hoy
    se encuentra en revisión. Un contrato que lejos de defender mezquinos intereses
    gremiales elabora un proyecto que bien podría ser el de la clase trabajadora mexicana en
    su conjunto.
    Frente al problema del deterioro salarial: la escala móvil de salarios; frente al problema
    del desempleo: la defensa de la estabilidad en el trabajo; contra el centralismo y la
    reprivatización de las empresas paraestatales estratégicas para el desarrollo nacional: la
    defensa de la cláusula 10 de su CCT; contra el deterioro de la salud del trabajador, las
    modificaciones a la cláusula 64; y frente a la reconversión industrial, la reivindicación del
    papel protagónico del trabajador tanto a nivel técnico -proyecto de descentralización del
    sector- como en el nivel político con la demanda de participar en las decisiones de
    política sectorial en los órganos de la Junta de Gobierno del Sector Eléctrico.
    Con la objetividad que aporta el análisis histórico y el de los hechos actuales que muy
    pronto serán historia, este número especial de EL Cotidiano quiere contribuir a la
    discusión del proyecto de los trabajadores frente a la crisis actual. El hecho de que este
    proyecto no sea hegemónico, no significa que no exista. Seguramente no será
    descalificando la crítica constructiva a los planes de gobierno y a los proyectos
    empresariales como se logrará reconstruir la dinámica de crecimiento de la economía
    nacional y las metas de democracia y justicia social contenidas en el pacto social que es
    la Constitución de 1917. Por el contrario (y de ahí el carácter plural universitario de EL
    Cotidiano), será observando, discutiendo los proyectos ante la crisis actual de los diversos
    sectores como podremos salir airosos de ella. El SME tiene mucho que decir al respecto,
    de ahí el interés de EL Cotidiano en dedicar este número especial a su problemática, que
    es también la de la clase trabajadora y la de la nación en su conjunto.

  • Pacto y reconversión
    Vol. 1 Núm. 21 (1988)

    Como cambio estructural primero, como reconversión industrial y modernización productiva después, la política económica del gobierno actual, ha ido cambiando de nombre a uno de los nudos fundamentales de la crisis que vive el país: la necesidad de hacer más eficientes sus formas de producción.

    El nudo de la reconversión industrial se resuelve pues en la aparente perogrullada del nivel de la lucha de clases, del desarrollo histórico del país, de las características del Estado. Dicho de otra forma, se resuelve en la política, en la lucha por el poder.

    Calificar ese proceso, obliga entonces a rascar en esas condiciones históricas, al análisis concienzudo, objetivo y actual de cada rama de la producción, para después, en la abstracción de sus particularidades calificar de manera general su desarrollo. Este número trata el problema de la modernización productiva en ambos niveles: el de lo concreto a través del análisis de ocho ramas productivas y el de su abstracción para acercarse a los rasgos más generales de esa modernización estructural.

    Este número estaba ya elaborado cuando la realidad mexicana nos regaló con una nueva sorpresa: el Pacto de Solidaridad Económica. El hecho, sin embargo, no menoscaba la actualidad y pertinencia de su publicación. Más allá de políticas emergentes y discutibles para controlar la inflación, el reto fundamental para el país estriba en su capacidad para dar un salto hacia adelante en sus formas de producción. Por desgracia es probable que la "concertación a la mexicana" para esta reconversión, siga determinando que las tendencias especulativas de la economía nacional continúen definiendo el curso de esta crisis y alejando cada día más la recuperación de los niveles de crecimiento que para su viabilidad como nación se hacen necesarios.

  • México, 1988-1994...
    Vol. 1 Núm. 19 (1987)

    En el presidencialismo hay una historia que es la historia de la ruptura o del conato de
    ruptura, de la división que hasta ahora siempre se ha podido dirimir. Mi idea es volver a
    plantear la sucesión como una ruptura a partir de la política ficción para ver qué pasaría
    en este caso. Si lo hiciera a nivel de ciencia, ¿cuándo se va a romper esto?, pues sería
    muy difícil predecirlo. En la novela yo no tengo que justificar mis proyecciones, pero
    desde luego hay un cierto cálculo a partir de un conocimiento relativo del sistema
    político.

  • Medios de comunicación
    Vol. 1 Núm. 18 (1987)

    A pesar de sus muchas diferencias internas, México es hoy en día un país cohesionado, pero también subyugado por los medios de comunicación electrónica. La señal de la televisión es recibida lo mismo en los municipios más apartados, tras las montañas de Oaxaca, donde los niveles de vida se encuentran muy lejos del bienestar de la próspera zona residencial de Garza García, en Nuevo León, en donde se dice, existe la mayor concentración de antenas parabólicas que hay en el mundo entero. Hay numerosas variaciones en la geografía, en los recursos naturales, en las costumbres y sobre todo en el tipo de vida de los mexicanos en las ciudades o el campo, en la costa o en el altiplano. Por encima de esa heterogeneidad, existe un factor de identificación cotidiana, que es la recepción de las señales de la televisión mexicana.

  • La democracia y el PRI
    Vol. 1 Núm. 17 (1987)

    La discusión sobre la democracia a pesar de la diferencia de criterios, constituye un importante e ineludible debate nacional que incluye a los partidos políticos y a los más diversos sectores sociales. La profundización y ampliación de la democracia, planteada en este régimen como necesidad de renovación política y las diversas respuestas de la oposición respecto al sentido de la liberación de la vida nacional son expresiones de un solo y gran debate. La vigencia de las formas de dominación y la permanencia o cambio en las vías de desarrollo económico.
    El Cotidiano, desde algún tiempo y en especial en sus "Análisis de Coyuntura", ha sostenido que una vez controlada -que no resuelta- la crisis de 1982, al gobierno le queda la alternativa de retomar efectivamente los postulados básicos que le dieron vigencia a los regímenes post-revolucionarios y que residen en su base social: los campesinos, los obreros y los sectores populares.

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