Vol. 1 Núm. 39 (1991): Partidos políticos
Si el PRI tiene cuando menos un motivo para estar contento, el PRD, por el contrario,
sólo tiene razones para estar preocupado. Hasta el momento, salvo Guerrero y
Michoacán, ningún otro estado ha podido dar el salto cualitativo que este partido requiere
de sus militantes: pasar de cardenistas a perredistas. En otras palabras se pospuso para
mejor ocasión la formación de la llamada "Cuenca Cardenista" y la fuerza perredista -la
que importa, la que puede disputar el poder realmente- se limita, por el momento, a los
dos estados mencionados.