Vol. 1 Núm. 128 (2004): ¿Despertar Sindical?
La imposibilidad de lectura que acarrea el fenómeno violento es un tema central para la inteligibilidad del mundo que nos tocó vivir.
Eventos como los actos terroristas del 11 de septiembre del 2001 en Nueva York, la infame guerra desatada por los EU contra Irak, los estallidos de trenes en Madrid 2004, los últimos acontecimientos en Rusia, hacen una lista dolorosa –e interminable– de recordar en cuanto al sentido delirante que las espirales de la violencia pueden llegar a desatar. En los registros microsociales, la amenaza creciente a la integridad corporal de los ciudadanos es un aspecto sobresaliente de las sociedades modernas que provoca verdaderos esquemas de persecución y de angustia ante el inminente terror de los hechos que en los últimos años han conmovido a poblaciones enteras.
Finalmente, la escritura de esta temática tan convulsiva y compleja nos lleva a hacer un recorrido por la institución de encierro: la cárcel. La violencia de la reclusión y la impunidad que acarrea a los cuerpos prisioneros de interpretaciones legales y de celdas infames. Aquí nos detenemos con esta colección de secuencias de despojo, victimización, propagación del miedo e incertidumbre, con el propósito de crear un acto de lucidez que no nos deje volver cotidiana la violencia, como algo natural a lo que tenemos que acostumbrarnos ¿Por qué? Por lo que decía el viejo filósofo Edgar Morin: “Porque es éticamente inaceptable”.