Vol. 1 Núm. 131 (2005): Crisis política y linchamientos
El fenómeno de los linchamientos ha registrado un importante repunte durante los años recientes en diferentes países de América Latina. Una situación que obliga a reflexionar sobre lo novedoso de esta forma de violencia colectiva. No son muchos los investigadores que han deliberado al respecto, más bien ha sido un tema que llena las páginas de la nota roja de diferentes diarios y algunos editoriales de noticiarios de radio y televisión, donde todos hemos leído o escuchado en algún momento sobre el tema.
En este contexto, a lo largo de las dos últimas décadas en nuestro país se han registrado alrededor de 200 linchamientos en diferentes estados. Linchamientos en la modalidad de tentativa y ejecución que, para los últimos veinte años, nos arroja un promedio anual de 10. Eventos donde llama la atención la violencia ahí expresada, con la participación de hombres y mujeres de diferentes edades, directamente o bien instigando la violencia. Agresiones y castigos contra individuos a quienes se les asocia con a tentativas de robo, violación, abuso policiaco, etc. Causalidades que, sin embargo, es importante no mitificar, dado que los hechos de violencia que les siguen ocultan motivos más profundos que es necesario investigar para poder explicar el fenómeno de los linchamientos. El descontento casi siempre presente parece tener algo más que el hecho inmediato: no se puede explicar la indignación individual y menos colectiva por un robo, un atropellamiento o algún abuso policiaco