No. 200 1984-2016
Un siglo después, el sistema de poder todavía no encuentra la cuadratura al círculo para democratizar la comunicación colectiva en México
Javier Esteinou Madrid
Aunque a lo largo de las últimos años la sociedad mexicana alcanzó de manera aislada algunos avances importantes a nivel constitucional para transformar el funcionamiento del modelo de comunicación colectiva nacional, especialmente el electrónico; en esencia, después de casi un siglo de intentos de reformas al prototipo de comunicación masiva en México, se constata asombrosamente que todavía en la segunda década del siglo xxi el Estado, los partidos políticos y los órganos del poder continúan sin suficiente voluntad política para encontrarle la cuadratura al círculo y democratizar dicho sistema cultural. Así, el gobierno y los sectores dominantes permanecen negando las principales demandas de cambio comunicativo exigidas de múltiples maneras por los ciudadanos durante muchas décadas. En este sentido, después de que numerosos grupos sociales esperaron 94 años en el terreno de la radio, 54 años en materia de televisión y 19 años en el ámbito de las telecomunicaciones para contar con un nuevo marco regulatorio de la radiodifusión y las telecomunicaciones que atendiera los principales rezagos democráticos en dicha materia en la República, el Estado mexicano fue muy débil para cumplir con las deudas, demandas y obligaciones históricas que mantenía con las comunidades nacionales, y, sin embargo, muy eficiente para responder ante los requerimientos de mayores privilegios para el fortalecimiento de los intereses monopólicos de la radiodifusión privada comercial en el país.