Subjetividad, cultura y diversidad sexual
Palabras clave:
diversidad, cultura, identidad, indígenas,Resumen
Para conocer y analizar las diferentes culturas e identidades de los grupos indígenas de nuestro país, es importante hacer referencia a una serie de datos descriptivos que permiten dar una idea de cómo es la diversidad cultural de los numerosos grupos indígenas que habitan México. Esta perspectiva macro arroja un mosaico de pueblos y comunidades que muestran la riqueza cultural de nuestro país, con lo cual, además, se pueden dimensionar los diferentes fenómenos más particulares y específicos de cada estado, región, municipio o comunidad, y el contexto que ocupan en este entramado cultural heterogéneo mayor. En ese sentido, es importante señalar que la población total del país para 2015 fue de 111,530,753; destacar que 61,474,620 son mujeres (51.4%) y 58,056,133 varones (48.6%), es decir, por cada 100 mujeres hay 94 hombres. Esta misma fuente refiere que el municipio que presenta el mayor número de mujeres es San Miguel Tulancingo en Oaxaca (58.4%) y el de mayor número de hombres es Trincheras en Sonora (55.5%).
En cuanto a la población indígena, el INEGI señala que hay un total de 25,694,928 personas, de las cuales 51.36% son mujeres y 48.7% hombres, lo que significa que por cada 100 mujeres hay 94.4 varones. Además, la cdi señala que el Índice de Masculinidad (IM) también está asociado a grupos de edad, dado que entre los varones menores de 15 años existen 102.8 hombres por cada 100 mujeres, pero en el rango de edad que va de 15 a 64 años disminuye a 92.2 varones por cada 100 mujeres, es decir, se reduce drásticamente en el rango de mayores de 85 al haber 92.2 por cada 100. Atendiendo las cifras que proporciona el INEGI (y presentados del mayor al menor), los diez estados con mayor población indígena se localizan sobre todo en el sur-sureste (Oaxaca, Chiapas, Yucatán y Quintana Roo), centro-golfo (Veracruz, Estado de México, Puebla, Guerrero e Hidalgo) y San Luis Potosí al occidente. Sin duda, las entidades que concentran una buena parte de la población indígena a nivel nacional son Oaxaca, Chiapas y en menor medida Veracruz. Vale la pena recordar que la población indígena más alta para esta zona (y por entidad) es de 1,734,658 y la más baja de 370,381. Esos diez estados conformarían la primera gran zona o región con mayor número de población indígena, lo que se asocia con lógicas culturales, sociales y económicas específicas de los grupos étnicos.
La segunda zona o región con una presencia indígena importante, pero menor a la primera que hemos definido, no está en un sentido geográfico unificada como la primera, pues los estados que la componen se encuentran localizados en diferentes latitudes del país. Las dos entidades con mayor población de esta segunda regionalización serían la Ciudad de México en el centro y Michoacán en la región centro-occidente. La tercera entidad se localiza en el sur-sureste (Campeche) y la cuarta y quinta en el norte (Sonora y Chihuahua), la sexta se ubica en el sur (Tabasco). La séptima y octava se encuentran ambas en el norte (Nuevo León y Baja California). La novena entidad se encuentra en el occidente (Jalisco) y la décima en el centro (Tlaxcala). Como se señaló, estas diez entidades presentan una población indígena importante, pues va de 315,320 la más alta a 86,522 la más baja. En ese sentido, esta población indígena no es tan grande como la primera, además, presenta una dispersión geográfica importante, pues va del sur del país al extremo norte.
La tercera zona es la que menos población indígena tiene y a nivel de ubicación geográfica es tan dispersa como la segunda. Así, encontramos a Nayarit en el nor-occidente, Morelos en el centro y Sinaloa en el nor-pacífico. La cuarta entidad se ubica en el norte, es el caso de Tamaulipas, y Querétaro en el centro, Durango en el noreste y Guanajuato en el centro. Baja California Sur es la séptima y se ubica en el noreste, Coahuila en el norte y Colima en la parte media de la costa sur del pacífico. Cabe señalar que la población indígena más alta de esta regionalización es de 84,195 y la más baja de 10,122. Habría que destacar que existen dos estados más: Aguascalientes y Zacatecas, la primera con 9,306 personas indígenas y la segunda con 7, 852. Para dimensionar lo anterior, habría que referir que tan sólo en la alcaldía de Iztapalapa habitan 142,902 indígenas y del municipio de Nezahualcóyotl son 119,496, es decir, las dos demarcaciones llegan a un total de 262,398 de población indígena, superior a la población total indígena de los tres primeros estados de esta región tres.
En ese sentido, la primera zona o región es la que presenta la mayor cantidad de población indígena y cierta distribución homogénea a nivel geográfico que va desde el centro del país al sur y sureste. Sin embargo, aun en esa zona encontramos elementos de interés para el análisis del IM; por ejemplo, aunque Oaxaca es el que presenta mayor población indígena, es Chiapas el que tiene mayor cantidad de varones indígenas, y es el mismo caso entre Puebla y Yucatán, pues el primero cuenta con más población indígena, pero es el segundo donde encontramos mayor cantidad de varones.
En ese sentido, el contexto macro puede ayudar en la comprensión de cómo se manifiestan los diferentes fenómenos del mundo indígena para poder hacer una representación social más precisa. No es lo mismo analizar, por ejemplo, las estrategias indígenas de reproducción en Oaxaca o Chiapas que en Baja California Sur o Quintana Roo, las primeras con muy bajos índices de Masculinidad y medianos flujos emigratorios y las segundas con muy altos Índices de Masculinidad y muy fuertes fenómenos de inmigración. O los sistemas de cargos en comunidades indígenas donde no hay más varones que puedan cumplir con el cargo, producto de la emigración y que ha llevado a abrir esos sistemas otrora varoniles a las mujeres, quienes anteriormente no podían participar. Sin duda, los flujos de población que se expresan en una movilidad, ya sea como producto de la migración, del desplazamiento interno forzado y la violencia generalizada, están definiendo un gran número de fenómenos sociales en gran parte de las comunidades indígenas del país. Por lo anterior, los artículos que aquí se presentan dan cuenta de esa multiplicidad de realidades sociales y culturales y permiten dimensionar la realidad de un país multicultural y pluriétnico, teniendo como eje la masculinidad.