Elecciones en Estado de México y Coahuila
Palabras clave:
elecciones, gubernatura, política,Resumen
El sistema político mexicano llegó a 2023 con un claro predominio electoral del partido Morena y con una alta aprobación del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador. La mayoría de los estados ya habían realizado sus respectivos procesos electorales para la renovación de gubernaturas, diputaciones locales y presidencias municipales. Sólo faltaban dos enclaves históricos del Partido Revolucionario Institucional: Coahuila y el Estado de México. Ambos contaban con núcleos “duros” del otrora partido hegemónico, lo que se veía reflejado en su permanencia en el poder, pese a la democratización del régimen político en el plano nacional y a las alternancias experimentadas en el plano local.
La disputa por los cargos en estos estados fue vista con sumo interés por parte de la ciudadanía y por las y los especialistas. Se trataba de contemplar la ratificación del predominio morenista o la persistencia de un partido, cuyos gobernadores y bases sociales de apoyo fueron sin duda protagonistas esenciales del llamado “Nuevo PRI”. Dichas bases dieron lugar a su regreso a la presidencia en 2012, aunque después fueran, también, responsables de su debacle en 2018.
Tendencias históricas del comportamiento electoral, trayectorias de los partidos y coaliciones en disputa, conflictos y acuerdos entre liderazgos y corrientes internas, análisis de resultados y de su impacto en el corto plazo, son temas que se tratan en los distintos artículos que componen el presente número de El cotidiano. Se complementa con dos reseñas de novedades editoriales, una sobre las irregularidades electorales en el Estado de México y otra sobre la experiencia del presupuesto participativo en la Ciudad de México.
La permanencia del PRI en Coahuila fue un fenómeno “normal”, considerando las tendencias de preferencias electorales de la ciudadanía. Pero no lo fue tanto, debido a que lo hizo con base en una alianza con el Partido Acción Nacional. Naturalmente, continúa como el partido más fuerte en la entidad,
pese al desafío que representó Morena en esta ocasión. En el Estado de México, por el contrario, el priismo mexiquense fue derrotado por el partido gobernante en el plano federal, a partir del debilitamiento de sus cuadros y a un gobierno poco eficaz. Pese al papel estratégico de la economía local en el crecimiento de México, el ejercicio de gobierno del priismo dejó mucho qué desear. Y tampoco fue capaz de enfrentar la imponente campaña de la abanderada de Morena, alimentada desde el Gobierno federal.
Los comicios locales de 2023 dejaron claro el predominio de Morena y la persistencia de la presencia opositora. Asimismo, mostraron el comportamiento electoral de la ciudadanía, todavía diverso y plural, sin conceder toda la representación a una sola fuerza política. Esto se podrá corroborar o no en los comicios generales de 2024.