No. 234 La democracia en México, 2022: elecciones locales y consulta popular
Alternancia en Hidalgo: lo que el viento no se llevó
Óscar Alejandro Sampedro Fernández
El presente artículo se centra en explicar por qué, al fin, después de 93 años, en Hidalgo se estableció una alternancia en el Ejecutivo local, siendo una de las tres entidades que hasta 2022 no había alternado (fenómeno que compartía ya solamente con el Estado de México y Coahuila). Para ello resultó necesario analizar los factores que obstruyeron el cambio durante los últimos 25 años y sobre todo las transformaciones que ocurrieron en esta elección: las disputas internas del pri a partir de dos manzanas de discordia: 1) el presidente López Obrador, cuya figura resulta persuasiva para los gobernadores salientes del pri, y 2) la imposición de la candidatura priista desde la cúpula nacional del partido, lo que generó el retiro del gobernador a la candidatura oficial. Esto provocó un segundo fenómeno: la otrora élite autoritaria multipartidista que se estableció en Hidalgo en los últimos 25 años se dividió y la mayoría de los agentes políticos de diversos partidos dieron su apoyo al candidato expriista y hoy morenista, Julio Menchaca, quien asumió una estrategia atrapa todo, mediante la cual logró incluir en su campaña a diversos opositores progresistas genuinos, así como a actores de algunos grupos políticos tradicionales de Hidalgo; esto bajo las siglas de un partido asociado plenamente con la personalidad del Presidente de la República. De esta manera, en Hidalgo no hubo una elección con discursos polarizadores en tanto la dicotomía izquierda-derecha, sino una elección donde prevaleció el discurso dicotómico alternancia-permanencia, con la paradoja de que la alternancia en muchos sentidos resultó permanencia.