No. 202 Diversidad sexual; reivindicación y negación de derechos humanos

No. 202 Diversidad sexual; reivindicación y negación de derechos humanos

La libertad como principio humano, como fundamento ético y como medio para la cultura. Las tesis de La persona humana y el Estado totalitario, de Antonio Caso

Fernando Montiel Martínez

El nombre de Antonio Caso es hoy francamente desconocido para los estudiantes que ingresan a un nivel de educación superior. Incluso, en muchos casos éstos terminan sus estudios sin haber oído jamás acerca de él ni por error. Sin embargo, esto no siempre fue así. Durante la primera mitad del siglo XX, el filósofo Antonio Caso (1883-1946) fue una de las figuras intelectuales más importantes de la escena cultural mexicana. Surgido en el contexto de la institucionalización de la sociología en la educación universitaria nacional, Caso inició su desarrollo intelectual impartiendo clases de sociología (con la cátedra de “Principios de sociología”) en la Escuela Nacional de Jurisprudencia, donde sucedió al renombrado ensayista Carlos Pereyra, en 1909. Pero su importancia no sólo provino de las aulas académicas. Antonio Caso también sería reconocido como la cabeza visible del movimiento de crítica al positivismo, que dio lugar al Ateneo de la Juventud. Allí se reunió con mexicanos insignes como Alfonso Reyes y José Vasconcelos. Asimismo, Caso fue alumno directo del gran crítico del positivismo porfiriano, el polígrafo tapatío José María Vigil. Las dotes por las que Caso despuntó entre sus compañeros ateneístas eran su talento para la oratoria y su original pensamiento filosófico. Los discursos de Antonio Caso iban más allá del simple uso de una retórica eficaz; su contenido y enfoque filosóficos impresionaron hondamente a los mexicanos de aquella época.