No. 124 El campo no aguanta más
Balance general del campo mexicano 1988-2002
Edmar Salinas Callejas
El sector agropecuario no ha salido de su virtual estancamiento, generándose dos frentes de resistencia: por un lado, la insurgencia de las etnias que plantean añejísimos problemas de marginalidad y segregación; por otro, el de los productores campesinos mestizos y productores privados pequeños y medios, que intentan relanzar un proyecto alternativo a contrapelo de las tendencias noeomodenizadoras, impuestas por el proyecto económico basado en el Consenso de Washington desde el régimen de Salinas de Gortari.
Ajuste estructural y TLCAN: efectos en la agricultura mexicana y reflexiones sobre el ALCA
José Luis Calva
Los resultados del “ajuste estructural” y del TLCAN en la agricultura mexicana deberían conducir a una amplia reflexión acerca de nuestra estrategia económica y nuestro estilo de inserción en la globalización, no sólo en México, sino también en los demás países de América Latina que han caído en la telaraña de las “reformas estructurales” preconizadas por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Esta reflexión es particularmente relevante por la presión que está ejerciendo Estados Unidos sobre los países de América Latina para extender el TLCAN a todo el continente bajo el nombre de Área de Libre Comercio de las Américas.
Acerca de las exportaciones agropecuarias de América Latina
Aurora Cristina Martínez
La explicación de las transformaciones sucedidas en el campo latinoamericano en las últimas dos décadas es compleja, pues se incrusta en los cambios sucedidos tanto en el conjunto de la economía como en la correlación de fuerzas en la estructura de poder mundial. Una de las manifestaciones más evidentes de los cambios estructurales en el sector agropecuario es la composición de sus exportaciones. En este trabajo, observamos algunas características de esos cambios en las dos últimas décadas y señalamos algunos rasgos para el caso de México.
¡El campo no aguanta más! a un año de distancia
Blanca Rubio
Durante la primera etapa que hemos mencionado, después de la firma del ANC, el movimiento campesino ¡El campo no aguanta más! logró conservar en gran medida la fuerza y unidad que había construido. Esto se debió fundamentalmente a la madurez con la cual tomaron las decisiones fundamentales. Aun cuando no todas firmaron el Acuerdo, este hecho no fue motivo de división ya que llegaron al acuerdo de respetar la posición de cada organización. Asimismo, en la ceremonia pública relativa a la firma del Acuerdo, manifestaron una posición crítica, señalando que se trataba de un primer paso con el fin de contrarrestar la visión triunfalista del Gobierno.
Del movimiento ¡El campo no aguanta más! a las movilizaciones sociales en la cumbre de la OMC en Cancún. Dependencia o soberanía alimentaria: ésa es la cuestión... agraria
Armando Sánchez Albarrán
El Movimiento el Campo no Aguanta Más (en particular El Barzón, el CAP y el Movimiento no Aguanta Más) logró conjuntar un amplio frente de organizaciones rurales –que incluyó desde grandes, medianos y sobre todo pequeños productores rurales– para así realizar alianzas estratégicas con centrales sindicales independientes como el sindicato de los electricistas, los telefonistas y la UNTA; establecer acercamientos con el legislativo y con los partidos políticos, en particular el PRD y el PRI, para obtener apoyo a las demandas campesinas; acaparar la atención de los medios de comunicación como nunca antes había sucedido; pero, sobre todo, la renegociación de la política agropecuaria encaminada a la protección de los productores con el Acuerdo Nacional para el Campo y, además, la firma del acuerdo no supuso el control corporativo como había sucedido antes con otros pactos entre Estado y Campesinos.