No. 118
Ni superación de desafíos ni acuerdos nacionales, pero ¿tal vez una coyuntura?
Miguel A. Romero Miranda
La forma en que finalmente se aprobó el Presupuesto 2003, el inicio formal de las campañas electorales para renovar la Cámara de Diputados, el golpe al estado de derecho en el conflicto CNI-TV Azteca, la renuncia del Canciller Jorge Castañeda y los cambios en el gabinete que ésta suscitó, son apenas algunas señales de que el régimen sigue, a pesar de su optimismo, reaccionando ante los hechos, mientras los agentes decisores y grupos de presión ubicados en la economía global, en el subsistema de partidos y en la sociedad civil en general ya le han “tomado la medida” y saben que, con un poco de presión y aun violentando el estado de Derecho, pueden lograr sus objetivos. En medio de estas agitadas aguas y del pasmo gubernamental nadie pudo (o tal vez nadie quiso o nadie supo) contener el surgimiento de un movimiento campesino beligerante, de presencia nacional que, al iniciar la penúltima fase de desgravación de productos agrícolas importados conforme a lo establecido en el TLCAN, amenaza con cerrar puertos y fronteras del país para dar una nueva sacudida al sistema político mexicano. Podríamos estar en los albores de una nueva coyuntura.