No. 93 Chiapas derechos indígenas
De hormigas, ciudades y procesos culturales. Aline Pettersson, palabra y escritura
Graciela Martínez-Zalce •
La casa de Aline Pettersson es como ella, como su escritura: un logrado equilibrio entre la sobriedad y el adorno: una pared azul en medio de muros blancos, cuadros muy coloridos, un escritorio repleto de fotografías sepia, una maquina de escribir antigua entre las plantas, ventanales donde a lo lejos se alcanza a ver un manchoncito verde, seguramente los viveros de Coyoacán. Imposible no comenzar hablando de ese tema ineludible, omnipresente: la ciudad de México. Los personajes de Aline Pettersson, en su mayoría, tienen a nuestra bienamada, detestada, ciudad como escenografía. En Piedra que rueda (Joaquín Mortiz, 1990), por ejemplo, dos fechas que marcaron su fisonomía y a sus habitantes son claves para la estructura de la novela: el 68 y el 85. Elijo, sin embargo, que comencemos a hablar de la ciudad partiendo de su novela más reciente: La noche de las hormigas (A lfaguara, 1997) que, según sé, es un proyecto largamente pensado por ella.