México el fin de una década: la uniformidad rota

No. 91 Petróleo ¿fortuna o desgracia?

México el fin de una década: la uniformidad rota

Alejandro Favela*

México a partir de 1994 era ya un país moderno, pero lo era por razones totalmente distintas a las que imaginaba y pretendía abanderar el último de los Presidentes imperiales. México era moderno precisamente porque había dicho ¡ya basta!, y al decirlo empezó a tener voz y al escucharse empezó a oir que eran muchas voces y con ello inició el reconocimiento de que ese gran número de voces expresaban diversas voluntades, las cuales no necesariamente coincidían entre sí. Esa falta de coincidencia, por primera vez ya no asustó a los mexicanos, sino que simplemente reconocieron que para poder todos y escucharse todos, requerían de nuevas reglas para poder hablar y expresar sus voluntades. Hubo algunos que pretendieron que era necesario que todos se callaran y sólo volviera a hablar el viejo tlatoani, pero a los ciudadanos les gustó su nueva condición y no aceptaron volver a la de súbditos del "Gran Señor". Esos ciudadanos encontraron que podían organizarse y hacer valer su voz y su voluntad y crearon o reanimaron instancias para participar en una vida social que ahora podía ser suya y ya no más la existencia tolerada por el gran poder presidencial.