¿Por qué no reexaminar la violencia?

No. 82 La violencia en México

¿Por qué no reexaminar la violencia?

Horacio Rodríguez*

Ya sea bajo las acusaciones de funesta herencia de orden biológico, calamitoso legado histórico o excrecencia monstruosa de la razón, la violencia particularmente la organizada extrainstitucionalmente está velada en tanto objeto de análisis (salvo que se parta del presupuesto de su perversidad intrínseca) y confinada al campo clínico de las patologías. Si en sus manifestaciones singulares y sociales la violencia no se puede obviar de las grandes concentraciones urbanas porque en ellas se manifiesta con frecuencia e intensidad crecientes (por lo que demasiado a menudo se apela al recurso de ligarla a desajustes conductuales o trastornos de orden psíquico), en su forma plural y política sólo se le evoca a la hora de exponer las necesidades de los organismos establecidos para administrar la coacción institucional, soslayando el hecho de que, en rigor, jerarquizar el ejercicio de la violencia es violentar el derecho de los inhabilitados para ejercerla.