No. 196 A 20 años de los Acuerdos de San Andrés Larráinzar

San Andrés: 20 años después
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No. 196 A 20 años de los Acuerdos de San Andrés Larráinzar

San Andrés: 20 años después

Luis Hernández Navarro

El EZLN es de nuevo un jugador que, sin invitación, se sienta en la mesa de la partida que recién se abre en la política nacional. En los últimos años han emergido movimientos sociales que cuestionan al poder al margen de los partidos políticos. No se sienten representados por ninguno de ellos. El Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, #YoSoy132, las luchas comunitarias contra la inseguridad pública y la devastación ecológica, las protestas estudiantiles en defensa de la educación pública, la movilización magisterial contra la reforma educativa, la exigencia de presentar con vida a los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, entre otras, caminan por sendas distintas a las de la política institucional. Las simpatías hacia el zapatismo en esas fuerzas son reales.

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Crisis, nuevos rasgos y retos del conflicto armado interno

Miguel Álvarez Gándara

El comunicado zapatista del reciente 1º de enero formaliza los nuevos rasgos del EZLN en el conflicto, al que debemos entender como actor orgánico de los pueblos originarios y que, asumiendo la actual situación global de guerra, sin retirar su declaración de guerra y ratificando sus demandas de 1994, se reitera armado hasta el final en lucha de carácter universal en contra del capitalismo, planteando su valoración y objetivo ya no en lo que se confronte, negocie o dependa de la voluntad de otros, sino con base en lo alternativo que construye y vive en los marcos de su autonomía y territorios. Expresa también un gran cambio generacional, llamando a sus jóvenes a continuar este proceso que ha resultado fructífero y favorable para las comunidades zapatistas, quienes anuncian haber logrado por sí mismas mejores condiciones que las que vivían en 1994.

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20 años después, las causas del zapatismo siguen vigentes

Jaime Martínez Veloz

A través del cumplimiento de los Acuerdos de San Andrés y de la armonización del marco legislativo y constitucional nacional con el internacional, comprometida por el Presidente de la República en la Conferencia Mundial de los Pueblos Indígenas de la ONU, celebrada en septiembre de 2014, junto a las luchas, iniciativas, esfuerzos y empuje de los pueblos, se podrá contar con un nuevo y mejor marco normativo que permita a las comunidades indígenas salir del atraso, la pobreza y conflictividad en que subsisten.

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Los Acuerdos de San Andrés Sakamch’en: entre la razón de Estado y la razón de Pueblo

Magdalena Gómez

A 20 años de la firma de los Acuerdos de San Andrés vale la pena ofrecer un recuento sobre la trayectoria de los mismos desde la óptica de su incumplimiento por parte del Estado y la de su significado para los pueblos. Ello nos permitirá colocar la mira en las perspectivas políticas actuales desde dichas vertientes. No sería de extrañar que se impulse alguna iniciativa oficial de “celebración” pese a la traición a dichos Acuerdos. Cualquier cosa se puede esperar si recordamos que en el quinto centenario de la invasión genocida se realizaron los festejos de Iberoamérica encabezados por el país que la perpetró en nuestras tierras, y México se sumó a los mismos bajo el lema del Encuentro de Dos Mundos1. Por otro lado, los pueblos indígenas hicieron su fiesta aparte bajo el lema de la resistencia continental: “si como indios nos sometieron, como indios nos liberaremos”. Pero esa no es otra historia, la que inició en Chiapas el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) el 1º de enero de 1994 es un eslabón clave de la misma en la lucha por la emancipación de los pueblos indígenas.

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San Andrés Larráinzar: 20 años

Julio Moguel

Atrevámonos a pensar lo que sería actualmente nuestro país si el gobierno federal y el sistema nacional de partidos hubieran honrado la firma de los Acuerdos en aquellos lejanos años de la insurgencia india. A 20 años: ¿nos atreveremos a pensarlo?